En el Instituto de Ciencias del Patrimonio del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, en el marco de la línea de trabajo sobre arqueología del paisaje que este instituto desarrolla en Galicia desde hace más de dos décadas, se ha gestado una tesis doctoral entre cuyos logros figura el desarrollo de una nueva propuesta metodológica para analizar con tecnologías geoespaciales paisajes arqueológicos.
Esta propuesta se ha aplicado, con buenos resultados, a elementos del patrimonio arqueológico de Galicia: el viario histórico al sur de Santiago de Compostela, las estatuas-menhir del sur de Ourense y norte de Portugal, los castros del entorno de varios ríos gallegos y las murallas del oppidum de San Cibrán de Las.
“Esos casos de estudio ejemplifican los planteamientos discutidos en diferentes contextos arqueológicos, tanto históricos como prehistóricos, del noroeste de la península ibérica”, explica el autor de la tesis, Pastor Fábrega Álvarez, quien realizó la investigación bajo la dirección de César Parcero Oubiña, científico del CSIC en el Incipit.
La tesis, titulada “Recorriendo y observando paisajes digitales: una aproximación al análisis arqueológico con Tecnologías de la Información Geográfica”, se defendió recientemente en la Universidad de Jaén, en el marco del Programa de Doctorado Interuniversitario de Arqueología Espacial en el que también participan las Universidades de Granada, Extremadura, Zaragoza y el CSIC. Obtuvo la calificación de sobresaliente cum laude.
“En la actualidad, la aplicación de Tecnologías de la Información Geográfica a la arqueología tiene como principal limitación que su uso es mecánico y no se adapta a las problemáticas que queremos resolver. Por ello, en esta tesis se pretendió ir más allá en las metodologías actuales de análisis espacial en arqueología haciendo un uso más crítico de estas tecnologías y explorando su potencial para desarrollar nuevas representaciones digitales orientadas a preguntas de investigación concretas”, destaca el autor de la tesis.
Los objetivos de la tesis eran dos. El primero, desarrollar un aparato analítico nuevo para analizar paisajes arqueológicos, en concreto las dos formas básicas de los humanos para relacionarse con su entorno: la movilidad y la percepción visual. El segundo, aplicar dicha propuesta a casos de estudio específicos para confirmar su viabilidad y utilidad para descubrir aspectos nuevos de fenómenos como la cultura castreña o la caminería antigua de Galicia.
Los cuatro casos en los que se ha aplicado la metodología
“La propuesta se basa en modelar digitalmente la percepción y movilidad en el paisaje, utilizando para ello las Tecnologías de Información Geográfica. No se pretende con reconstruir paisajes antiguos ni representar escenografías, sino aproximarse a lo lógica y estructura del paisaje”, explica.
La metodología se ha puesto a punto y probado a través de cuatro casos de estudio.
El primero analiza la lógica del viario histórico al sur de Santiago de Compostela. “La red viaria en esta zona se estructura a partir de las poblaciones con mayor espesor histórico, como Santiago o Padrón, así como los puentes históricos del Ulla y Xallas que condicionan significativamente las zonas por las que los ríos se cruzan. A partir de esta estructura general surgen una serie de núcleos poblacionales de menor entidad muy próximos a este viario. Más adelante surgen nuevos núcleos, como Lalín, que modifican parcialmente el trazado anterior y que se convierten en nodos viarios de primer orden”, señala el autor.
El segundo analiza si existe una relación entre la localización de las estatuas-menhir del sur de Ourense y norte de Portugal y la movilidad a escala territorial. “Existe, en general, una asociación en términos de proximidad entre la localización de las estatuas y zonas de paso en el paisaje. Esto no quiere decir que estos monumentos funcionaran como señalizadores de caminos pero, en todo caso, es probable que estuvieran situados próximos a vías de comunicación, monumentalizando lugares determinados”, explica. “Algo parecido a como un monumento en una rotonda o un cruceiro en una travesía no señaliza el cruce de caminos, pero se basa en su existencia para hacerse más visible, resaltar un espacio importante y, de paso, aporta continuidad a ese cruce en la larga duración”, añade.
El tercero analiza la relación entre el control visual ejercido desde los castros a varios ríos gallegos (Ulla, Tambre y Xallas), definiendo relaciones significativas con zonas de vado históricas que podrían haber funcionado ya desde la prehistoria. “Existe una relación entre el control visual que se ejerce desde los castros hacia las zonas en las que se localizan los principales puentes históricos de estos ríos. Esta relación no se observa en otras zonas de río y, posiblemente, nos revela que las zonas de cruce de estos ríos se remontan, al menos, a la Edad del Hierro”, indica.
El cuarto analiza cómo las murallas del oppidum de San Cibrán de Las (Ourense) modificaron perceptivamente el espacio, en donde la visibilidad desde el interior de cada uno de los recintos del poblado quedaría, prácticamente, limitada dentro del recinto. “Se ha observado que, muy posiblemente, la construcción del oppidum supuso un cambio muy profundo respecto al espacio anterior, pasando así de un espacio abierto desde el punto de vista de la percepción y movilidad a un espacio muy fragmentado en el que las murallas condicionaron fuertemente las posibilidades para acceder, física y visualmente, a cada uno de los recintos que forman el poblado”, apunta.
“Nuestra intención ahora es abrir líneas de investigación que avancen en una arqueología en donde las tecnologías digitales nos ayuden a analizar la relación entre la construcción del paisaje y sus implicaciones sociales”, avanza César Parcero, director de la tesis, quien resalta que “la revolución en las tecnologías de la información aporta a la arqueología la posibilidad de realizar cálculos masivos que permiten simular y modelizar diferentes escenarios sobre lo que ocurrió en el pasado y hacer cálculos estadísticos fiables sobre cuál fue el más probable”.
Felipe Criado, director del Incipit, recalca que “la arqueología digital es un nuevo desarrollo de la arqueología que implica un cambio de paradigma. No es sólo una nueva técnica. La tesis de Fábrega es de gran interés, más allá de la arqueología, para campos tales como la ordenación del territorio, la percepción visual o el estudio de la interacción entre procesos cognitivos y ambiente”.
El autor
Pastor Fábrega Álvarez (Ourense, 1978) es licenciado (2001) en Historia por la Universidad de Santiago de Compostela y doctor (2017) en Arqueología por la Universidad de Jaén. Ha realizado estancias de investigación en las universidades de Oxford y Sevilla.
Desde 2009 es técnico especializado del CSIC en Sistemas de Información Geográfica y Teledetección.
Sus líneas de trabajo versan sobre el diseño de metodologías no invasivas para la gestión y el análisis del patrimonio arqueológico desde una perspectiva geográfica y paisajística, especializándose en el uso de tecnologías digitales como los Sistemas de Información Geográfica o la Teledetección.
Ha formado parte del equipo de trabajo de la Infraestructura de Datos Espaciales de España También participa como docente en el Máster Interuniversitario de Arqueoloxía e Ciencias da Antigüidade, y en los cursos de postgrado de Tecnologías de Información Geográfica aplicadas a la Arqueología y de Tecnologías Digitales de Documentación Geométrica y Representación del Patrimonio, ambos organizados por el Incipit. Actualmente participa como investigador en varios proyectos relacionados con el estudio arqueológico de los paisajes andinos en Chile y Argentina.


El autor de la tesis, Pastor Fábrega Álvarez, aplicó la propuesta a cuatro casos de estudio: el viario histórico al sur de Santiago de Compostela, las estatuas-menhir del sur de Ourense y norte de Portugal, los castros del entorno de varios ríos gallegos y las murallas del oppidum de San Cibrán de Las. Los resultados fueron satisfactorios y confirmaron, además, que dicha propuesta puede ser extrapolable al estudio arqueológico de otros paisajes culturales.
La tesis, dirigida por César Parcero Oubiña, científico del CSIC en el Incipit, entronca con los trabajos sobre arqueología del paisaje que desde hace más de dos décadas desarrolla el Incipit.