Raquel Gonzalez Sóñora, graduada en Ciencias del Mar por la Universidade de Vigo, defendió recientemente su Trabajo Fin de Máster “Nuevos desafíos en la inspección de parasitosis musculares en productos de la pesca”, dirigido por Santiago Pascual y Elvira Abollo, del grupo ECOBIOMAR (IIM) y distinguido con el II Premio de Innovación y Emprendimiento de la Universidade de Vigo. Además, el TFM ha sido seleccionado por el Programa Santander X Explorer para facilitar la transformación de ideas y proyectos emprendedores en negocios viables y soluciones innovadoras.
¿Por qué optaste por cursar el Máster en Ciencia y Tecnología en Conservación de Productos de la Pesca, impartido por ANFACO y la Universidad de Vigo?
Al terminar la carrera, comencé a trabajar en el ámbito de la calidad alimentaria en una empresa de productos de la pesca, lo que me permitió comprender de cerca los retos del sector en términos de seguridad, innovación y sostenibilidad, despertando mi interés por profundizar en la conexión entre la ciencia y la industria pesquera.
Buscaba un máster que, además de ofrecerme formación avanzada y específica en esta área, me permitiera combinar mi desarrollo académico con mi experiencia laboral. Encontré en este programa la combinación perfecta: su enfoque multidisciplinar, su modalidad presencial compatible con el trabajo y la relación estrecha con el sector.
¿Cómo decidiste el tema del TFM y cómo entraste en contacto con el CSIC, y en concreto con el grupo ECOBIOMAR, para su tutorización?
Durante el máster, tuve la oportunidad de realizar prácticas curriculares en la empresa MAREXI, donde surgió mi interés por la gestión de parásitos en la industria, especialmente anisákidos. A través de un profesor del máster, conseguí el contacto de Santiago Pascual. Tras varios intercambios de correos, tuvimos una reunión en la que él y Elvira me ayudaron a definir y concretar las ideas del proyecto. Desde el primer momento, me entusiasmó la idea del TFM.
¿Cuáles eran los objetivos del TFM y cuáles son los principales resultados alcanzados?
El objetivo principal fue abordar la problemática actual que enfrentan las empresas en la gestión de la presencia de parásitos, en particular anisákidos, durante los procesos de transformación y comercialización, considerando la creciente aparición de nuevas referencias de productos. Para ello, se realizó un esfuerzo de compilación de las tecnologías y herramientas diagnósticas disponibles, evaluando sus atributos de valor para la industria pesquera (“Toolbox” de inspección de anisákidos), con el objetivo de orientar a la industria en la implementación de herramientas efectivas.
Como parte del proyecto, se ejemplificó el uso del Toolbox aplicando algunas de estas tecnologías en diferentes gamas y referencias de productos de merluza. Los resultados demostraron que las técnicas seleccionadas no solo permitieron caracterizar de manera precisa los riesgos comerciales y sanitarios asociados, sino que también confirmaron la eficacia del Toolbox como una herramienta clave para mejorar significativamente la seguridad y calidad alimentaria en el sector.
¿Qué relación mantuviste con el grupo ECOBIOMAR, y en concreto, con tus directores, durante la realización del TFM)?
Desde el primer momento me sentí bien recibida y todo el equipo me brindó su ayuda durante los 5 meses que trabajé con ellos. Santiago y Elvira jugaron un papel fundamental, proporcionándome las herramientas y la autonomía necesarias para organizar y avanzar en el TFM, siempre guiada por su pensamiento crítico y su profesionalidad, creando un entorno colaborativo y enriquecedor.
¿Qué relación mantienes con ellos en la actualidad? ¿Algún tipo de colaboración?
Seguimos en contacto, explorando diversas oportunidades y el potencial que ofrece el trabajo desarrollado en el TFM.
¿Qué difusión estás realizando de los resultados del TFM?
El carácter innovador del TFM me motivó a presentarlo en los Premios de Innovación y Emprendimiento de la Universidad de Vigo, donde obtuvimos el segundo premio en la categoría de Ciencias. Además, participé en el programa Santander Explorer, donde recibí formación para transformar esta idea en un proyecto viable con impacto en la industria.
Asimismo, estamos redactando un artículo científico para destacar los hallazgos obtenidos durante la inspección y búsqueda de trazas de anisákidos en las distintas referencias de productos analizados en el TFM.
¿Qué perspectivas se abren para ti a nivel científico tras la realización del TFM? ¿Piensas dedicarte a la investigación?
La experiencia del TFM ha sido enriquecedora, tanto profesional como personalmente. Gracias a la guía de Santiago y Elvira, entendí que la investigación no tiene por qué limitarse a un laboratorio o un entorno estrictamente académico. He aprendido a integrar la ciencia con la innovación aplicada, abordando problemas reales y desarrollando soluciones prácticas para la industria. Este enfoque me ha permitido explorar áreas como el emprendimiento, la transferencia tecnológica y la viabilidad económica de ideas innovadoras.
Estoy convencida de que mi futuro está en la investigación, pero una investigación que sea dinámica y colaborativa, con impacto tanto en el ámbito científico como en el industrial. Mi objetivo es continuar trabajando en proyectos que unan ciencia, innovación y transferencia tecnológica para resolver retos actuales y futuros en el sector pesquero y alimentario.