Directora de la MBG desde 2015, continúa al frente del nuevo centro que surge fruto de la integración del IIAG en la MBG

Licenciada (1990) y Doctora (1995) en Biología por la Universidad de Santiago de Compostela. Completó su formación en Genética de Plantas con un Máster of Science in Plant Genetics por la Universidad de Lleida, varias estancias predoctorales internacionales en el INRAE de Burdeos y varias estancias postdoctorales en el INRAE de Versailles, en Paris y en la Universidad de Tras- os- Montes e Alto Douro en Vila Real, Portugal.

Ingresó en el CSIC en 2000 como científica titular. Desde 2008 es investigadora científica y desde 2002 dirige el grupo de Genética, Mejora y Bioquímica de Brásicas.

Sus líneas de investigación versan sobre el estudio de las interacciones de las plantas de brásicas y su agrosistema, incluyendo la resistencia a estreses, la producción y la calidad con un especial interés en el estudio de los compuestos bioactivos glucosinolatos, relacionados con la defensa de la planta y la salud, por su potencial anticancerígeno. Son líneas estratégicas de alto impacto social que incluyen la sostenibilidad agraria, la conservación de la biodiversidad, la obtención de alimentos sanos y seguros y el cambio global.

En noviembre de 2021 el Consejo Rector del CSIC aprobó la integración del IIAG en la MBG, ¿cómo era la relación entre ambos centros hasta esa fecha, teniendo en cuenta que los dos eran centros del CSIC en Galicia en el área de las Ciencias Agrarias?

Siempre ha habido colaboraciones entre los dos centros, principalmente entre aquellos grupos que trabajan en temas afines y complementarios. Estas colaboraciones quedaban reflejadas en la solicitud conjunta de proyectos de investigación autonómicos y nacionales y en contratos con empresas. Además, algunos grupos del IIAG participaban de forma activa en las PTIs AGROFOR y ALCINDER, lideradas ambas por la MBG.

¿Qué crees que puede aportar “la antigua” MBG al IIAG y qué “el antiguo IIAG” a la MBG?

Ambos eran dos institutos históricos del Área de Ciencias Agrarias de la Comunidad Autónoma de Galicia. Tras la integración de las dos sedes, el nuevo instituto MBG cuenta con 28 científicos claustrales que se organizarán en 15 grupos de investigación, coincidentes en macro-líneas de investigación comunes como la sostenibilidad de los sistemas agroforestales, la tolerancia vegetal a estrés bióticos y abióticos, la fisiología y bioquímica de plantas la mejora de cultivos o la calidad de suelos y el estudio del sistema suelo-planta. Creo que podemos complementarnos muy bien, aportando y compartiendo recursos de forma eficaz y conocimientos entre el personal de las dos sedes, lo que al final repercutirá sin duda en una investigación más global y de mayor calidad y una mayor visibilidad de nuestro trabajo a la comunidad científica y a la sociedad.

La carta de presentación del nuevo centro hace referencia a que mantiene la denominación MBG, a que pasa a tener dos sedes, en Pontevedra y en Santiago de Compostela y a que desarrollará su labor investigadora a través de 15 grupos de investigación. ¿Cómo va a ser su día a día del trabajo, como directora, en ese centro con dos sedes y ese número de grupos?

Evidentemente, tanto la carga de trabajo como la gestión va a ser mayor y más compleja, no solo por el hecho de tener más personal y grupos de investigación, sino también por estar las dos sedes en distintas ciudades. No obstante, cuento con un personal excepcional en la gerencia y en el equipo de dirección que me prestarán toda su ayuda y soporte. En Santiago, se mantiene una vicedireccion científica a cargo de Concepción Sánchez, que me proporcionará un apoyo clave en el desarrollo de la vida científica y/o las posibles dificultades que puedan surgir en el funcionamiento del día a día. En cualquier caso, mi objetivo es repartir mis horas de trabajo presenciales entre las dos sedes para tener un contacto y una comunicación más estrecha con el personal.

¿En qué fase se encuentran?

Estoy en una fase inicial de conocer los grupos, sus líneas de investigación, así como su futuro potencial para crecer. Estamos poniendo en marcha ya la coordinación de todos aquellos temas relacionados con la gestión, comunicación, divulgación y formación de estudiantes entre las dos sedes, así como la creación de nuevos servicios científicos-técnicos en la sede de Santiago.

Llevas al frente de la dirección de la MBG desde 2015, y previamente habías ejercido como vicedirectora. Cuentas, por tanto, con experiencia en el ámbito de la gestión de la I+D+i. ¿Qué supuso para ti que la institución confiase en ti para asumir el reto de poner en marcha un nuevo instituto fruto de la integración de dos? ¿Cómo afrontas esta nueva etapa?

El que el CSIC haya confiado en mí como directora para hacer este proceso de integración y dirigir las dos sedes lo asumo con mucha responsabilidad, pero también con mucha humildad. Intentaré hacerlo todo lo mejor que sepa y pueda en esta nueva etapa para que la nueva MBG siga creciendo como venimos haciendo en los últimos años, y se vea reforzada con nuevo personal técnico y científico, lo que permitirá la consolidación de algunas líneas de gran impacto social, ya existentes, o la apertura de otras nuevas en los próximos años. Soy consciente que ello conlleva más horas, más esfuerzo, pero lo afronto con muchas ganas de trabajar para demostrar que finalmente esta integración va a resultar exitosa y beneficiosa para todos.

¿Qué mensaje te gustaría transmitir al personal de “la antigua” MBG y del “antiguo IIAG”?

 Entiendo que la resistencia a los cambios como es el caso de esta integración puede dar lugar a inseguridades, miedos, incertidumbre y otras actitudes, pero espero y confío en saber transmitir un mensaje de optimismo para que el personal se sienta motivado y que esta integración sea exitosa para todos. Me gustaría además trasmitir que debemos trabajar de forma coordinada y tener una visión global del nuevo Instituto para lograr así posicionar a la nueva MBG como un centro líder y de vanguardia en el campo de las ciencias agrarias y forestales al tiempo que sea un centro visible y atractivo para incorporar nuevos investigadores. Transmitir que tenemos un gran potencial y la integración debería suponer nuevas oportunidades para seguir creciendo y fortalecer el nuevo Instituto.

 Te acompañarán en tu tarea dos vicedirecciones científicas –una en la sede de Pontevedra (Rafael Zas Arregui), y otra en la sede de Santiago (Concepción Sánchez Fernández)-, una gerencia sita en la sede de Pontevedra (Natalia Martínez Piñeiro) y una vicegerencia sita en la sede de Santiago (José María Alfaya Orge). ¿Cuál será el cometido de cada una?

Las dos vicedirecciones serán el apoyo clave e indispensable para gestionar todos los temas científicos y de funcionamiento de las dos sedes, incluyendo aspectos relacionados con las prioridades de plazas de personal técnico y científico, proyectos, convenios y otras subvenciones coordinadas desde la dirección, facilitar la formación del personal y el apoyo a todas las actividades de transferencia, la cultura científica y la divulgación. Respecto al personal de la gerencia y administración de las dos sedes trabajarán de forma coordinada y conjunta, desde la gestión y justificación de proyectos hasta todos los temas de personal. La vicegerencia y el personal de administración de la sede de Santiago será un apoyo fundamental para llevar a cabo la gestión del nuevo instituto, si bien la mayor carga de trabajo y responsabilidad recaerán, sin duda, en la gerente de la sede de Pontevedra.

¿Cuáles crees que son las principales dificultades que os van a surgir en esta nueva etapa?

Mayor complejidad y dificultad en la gestión científica y administrativa de las dos sedes, lo que conlleva inevitablemente a un mayor volumen de trabajo y responsabilidad, principalmente en la gerencia de Pontevedra. Necesitaremos una etapa de adaptación y coordinación para potenciar nuestros recursos y fortalezas, que son muchos, y tener una visión más global de la investigación que realizamos conjuntamente. Confío que esta etapa de adaptación sea corta y pronto podamos trabajar todos juntos con un único objetivo, que es seguir creciendo y avanzando científicamente, tal y como lo venimos haciendo y demostrando en los últimos años.

 ¿Qué oportunidades crees que se abren para la “nueva” MBG?

Alcanzar nuevos retos, abrir nuevas líneas de investigación, y consolidar otras ya existentes, crear nuevas oportunidades de colaboración con el mundo académico y empresarial y lograr una mayor visibilidad a nivel regional, nacional e internacional. Trabajamos en temáticas actuales muy relevantes a nivel internacional y somos un referente en la transferencia a las empresas del sector agroalimentario y forestal.