Lucía Méndez López es doctora en Ciencia y Tecnología de los Alimentos por la Universidad de Santiago de Compostela (2016). Su tesis doctoral, centrada en el estudio de los mecanismos redox implicados en el efecto beneficioso del consumo de ácidos grasos omega-3 de origen marino sobre las alteraciones metabólicas inducidas por la dieta, la realizó en el grupo de QMP del IIM.
Durante dos años, trabajó en el Centro de Biotecnología y Biomedicina de la Universidad de Leipzig (Alemania) con un contrato postdoctoral financiado por la Agencia Gallega de Innovación (GAIN), donde se especializó en el estudio del oxilipidoma y el oxiproteoma asociados a patologías relacionadas con la dieta. Posteriormente, regresó al IIM con un contrato Juan de la Cierva de Incorporación, reincorporándose al grupo de Química de Productos Marinos para continuar investigando los mecanismos implicados en la funcionalidad de alimentos marinos para la prevención de patologías relacionadas con el estrés oxidativo y la inflamación.
Tras tomar posesión como científica titular, continúa trabajando en el grupo de QPM, desarrollando su investigación dentro de la misma línea.
¿Cuándo y por qué decidiste dedicarte a la ciencia?
Es difícil precisar el momento exacto, ya que pienso que la curiosidad que motiva la investigación ha estado siempre ahí. Desde que tengo memoria, me ha fascinado la Biología y he sentido interés por entender el funcionamiento de los sistemas vivos y del mundo. Sin embargo, creo que tomé verdadera conciencia de que la investigación podía ser mi profesión durante la realización de mi trabajo de fin de carrera. Allí conocí a personas apasionadas por la ciencia y, durante ese periodo relativamente corto, empecé a vislumbrar lo que realmente significa ser científico. Fue entonces cuando la idea de dedicarme a la investigación, que hasta ese momento solo había rondado mi mente, se transformó en un objetivo por el que decidí esforzarme.
¿Quién o quiénes son tus referentes científicos?
Referentes científicos tengo muchos. Entre ellos, podría citar nombres como Margarita Salas, Helmut Sies o Artemis P. Simopoulos. No obstante, considero que los científicos y compañeros de laboratorio con quienes he tenido la oportunidad de coincidir a lo largo de mi carrera han sido los que más han influido en mi formación. Ellos son quienes, día a día, me han inspirado, guiado y enseñado, y por ello, probablemente, son mis verdaderos referentes.
¿Cómo explicarías al público general tu línea de investigación?
De manera general, me dedico a investigar los efectos beneficiosos del consumo de alimentos de origen marino sobre la salud. Más concretamente, mi investigación se centra en identificar y entender los mecanismos que explican dichos efectos con el objetivo final de promover su consumo para mejorar la salud pública a través de una alimentación sana, segura y sostenible.
¿Qué consejo darías a alguien que quiere dedicarse a la ciencia?
Supongo que le diría que, si dedicarse a la ciencia es lo que realmente quiere, persevere y no pierda la ilusión. Debe ser consciente de que la investigación, aunque es una profesión apasionante, requiere mucho esfuerzo e implicación personal y que, incluso así, los resultados pueden ser inciertos o tardar en materializarse. Esto puede resultar frustrante y desalentador. Sin embargo, creo que, si mantiene la pasión y la perseverancia, y entiende que la ciencia es una carrera de resistencia, no de velocidad, podrá lograrlo.
¿Qué supone para ti tomar posesión como científica titular?
Es una alegría enorme, ya que representa una recompensa al esfuerzo de años y un gran impulso para seguir avanzando en mi carrera científica. Al mismo tiempo, soy consciente de la gran responsabilidad que implica y la afronto con ilusión y motivación.
Un libro
“El Conde de Montecristo”, de Alejandro Dumas
Una película
“La vida de Pi”
Una canción
“Valiente”, de Vetusta Morla
Un hobby
La literatura
Una fecha
El 18 de junio de 2016
Una ciudad
Leipzig (Alemania)
