En el marco del proyecto DIMCoVAR, financiado con más de 200.000 euros por el Fondo Supera Covid de la CRUE- Santander, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), la Universidad de Vigo (UVigo) y Geseco Aguas llevan un año realizando análisis de presencia de material genético de virus SARS- CoV-2 en las aguas residuales de entrada de 11 estaciones depuradoras de aguas residuales (EDAR) de Galicia, así como en los puntos de vertido de las EDAR en medio marino.

“Confirmamos que el muestreo en las depuradoras seleccionadas, distribuidas del norte al sur de Galicia, desde Cedeira a Baiona, resultó representativo de la evolución de la pandemia a nivel de Galicia”, destacan Claudio Cameselle (grupo BiotecnIA Biotecnología Industrial e Ingeniería Ambiental-UVigo) y Beatriz Novoa García (grupo Inmunología y Genómica del IIM-CSIC).

Las 11 EDAR son Baiona, Nigrán, Gondomar, Cambados, Moraña, Puerto de Son, Muros, Melide, Ares, Cedeira y Noia. Además, desde julio y a petición de Augas de Galicia, se sumaron las de Pobra do Caramiñal, Betanzos, Viveiro y Burela.

“Los valores promedio de las 11 EDAR son un fiel reflejo de la evolución de la pandemia y podemos estar seguros de que el análisis de la presencia de material genético del virus en las aguas residuales es una buena herramienta para detectar con suficiente antelación a evolución del número de infectados en la comunidad que vierte sus aguas en la EDAR en estudio”, detalla Cameselle. En este sentido, los integrantes del proyecto confirman que, por término medio, “el incremento de concentración de material genético del virus en la entrada de la EDAR se adelanta entre 7 y 10 días a la detección de nuevos infectados por PCR por las autoridades sanitarias”.

“Los datos que semanalmente enviamos a Augas de Galicia y ellos mandan a la Consellería de Sanidad y al Ministerio de Sanidad le sirven a las autoridades sanitarias para detectar posibles rebrotes en base a la tendencia al alza de las concentraciones de virus, así como para gestión de los recursos sanitarios”, explica Cameselle, que junto a los investigadores de la UVigo se encargan del análisis de diversos parámetros físico-químicos de las muestras recogidas por Geseco Aguas.

La participación del CSIC, a través del Instituto de Investigaciones Marinas y, concretamente, de los grupos de investigación “Inmunología y Genómica” e “Ingeniería de Procesos” consiste fundamentalmente en la detección del material genético del virus por PCR y en el desarrollo del modelo epidemiológico en base a los resultados de los análisis.

En “Inmunología y Genómica”, Beatriz Novoa, Antonio Figueras y todo su equipo, especialmente Raquel Ríos, se volcaron desde el año pasado en alcanzar y optimizar las mejores técnicas de diagnóstico para el diagnóstico de SARS- CoV-2 en aguas residuales. “Llevábamos más de 30 años trabajando con virus animales envueltos y con genoma RNA, por lo que fue fácil para nosotros adaptar nuestro trabajo a detección del coronavirus en aguas residuales”, explica Antonio Figueras, mientras Beatriz Novoa, que coordinó el trabajo con las PCRs realizadas en el IIM, añade que “contamos con todo nuestro grupo para procesar las muestras que iban llegando a nuestro laboratorio varias veces por semana, porque al principio no teníamos personal dedicado a esta tarea. Además, en los inicios de la pandemia cedimos nuestros robots de extracción de RNA al Hospital Provincial de Pontevedra para poder hacer las PCRs, pero pronto encontramos protocolos adaptados las aguas residuales”. “Ahora estamos trabajando en secuenciar los virus que detectamos, pero esto es bastante difícil porque el virus está roto y degradado en las aguas residuales. Con todo, pensamos que es una buena herramienta para identificar las mutaciones y variantes del virus que están circulando en Galicia” explican los profesores de investigación del CSIC.

La participación del grupo “Ingeniería de Procesos” está coordinada por Irene Otero Muras y consiste en el tratamiento matemático de los datos mediante el desarrollo de modelos matemáticos predictivos que, partiendo de datos sanitarios y de los datos obtenidos de los análisis en aguas residuales, permiten entender la dinámica de la evolución de la pandemia y predecir su evolución en las distintas localidades.

El proceso de muestreo

La selección de las estaciones depuradoras en las que se está realizando el seguimiento se hizo para incluir diferentes localizaciones de Galicia con diferentes niveles de población, entre 4.000 y 20.000 habitantes, y en las que no hubiera entrada de aguas procedentes de grandes hospitales, lo que aumentaría la presencia del virus.

“Así, se obtiene una información detallada exenta de interferencias externas que permite un estudio más preciso de la dinámica de los rebrotes”, explican los investigadores, que señalan que en la selección de las depuradoras también se tuvo en cuenta la existencia de diferentes tipos de tecnología para el tratamiento del agua para poder evaluar si tenía un efecto de eliminación del material genético del virus.

Se comprobó que las depuradoras con un tratamiento biológico y con un tratamiento terciario de desinfección por ultravioleta o hipoclorito de sodio son más eficaces en la eliminación del material genético del virus, frente a las plantas que no dispongan de este tipo de tratamientos. “En cualquiera caso, no se detectaron virus viables con capacidad infectiva en las EDAR ni en los efluentes de entrada o salida de las estaciones depuradoras. El agua residual y las EDAR son un buen indicador de la evolución de la pandemia, pero no un foco de contagio de covid-19”, aclaran los investigadores e investigadoras de DIMCoVAR, que finalizará el próximo 31 de mayo, pero para lo cual ya están procurando fuentes de financiación que permitan su continuidad.

Hacia una cuarta ola de la covid-19? Últimos datos

Los análisis más recientes realizados a finales del pasado mes de marzo dieron unas concentraciones en las EDAR en estudio de entre 3.000 y 18.000 copias por litro, unos valores considerados por los investigadores “discretos” comparados con los obtenidos durante el mes enero, en los peores momentos de la tercera ola, que en algunos casos llegaron a superar el millón de copias por litro.

No obstante, y aunque los análisis de presencia de material genético del virus en las aguas residuales fueron cayendo durante febrero, estos valores no terminan de llegar la cero, sino que durante marzo se mantuvieron en un rango entre 1.000 y 45.000 copias por litro. En este momento, el equipo asegura que no pueden afirmar que haya una tendencia al alza en la concentración de material genético del virus a la entrada de las EDAR, pero tampoco se observa una merma de la concentración que permita confirmar una reducción en la incidencia de la pandemia. “Dicho de otro modo, la concentración de material genético en las aguas residuales indica que el virus sigue a circular, y que un poco que nos descuidemos y que se relajen las medidas de seguridad puede producirse un nuevo aumento de casos similar al observado en diciembre 2020 y enero 2021”, explican.

Sobre la posibilidad de estar en este momento ante una cuarta ola, aseguran que “no depende tanto de los valores de concentración en sí mismos, sino de la tendencia en el tiempo, de modo que, aunque en este rato no se puede afirmar taxativamente que hay un aumento en la concentración de virus en la EDAR, ni que estemos en el inicio de la cuarta onda, pero sí que hay unos valores de concentración suficientemente altos como para afirmar que el virus sigue en circulación y que la aparición de una nueva onda es un riesgo real, similar al sucedido en diciembre 2020”, advierten.