Antropólogo e investigador postdoctoral Marie Curie. Desde 2022 desarrolla su labor en el INCIPIT.

Después de obtener su doctorado en 2015 por la Universidad de Saint Andrews (Escocia), residió varios años en Perú, donde se dedicó a la enseñanza a nivel universitario, a la investigación y a trabajo de consultoría para organizaciones nacionales e internacionales en el ámbito del patrimonio cultural y del desarrollo rural.

 Su actividad investigadora se ha enfocado en el estudio de los procesos de patrimonialización de paisajes indígenas en los Andes peruanos, en un contexto de puesta en valor para consumo turístico. Su proyecto actual Marie Curie, “Temporalities of Andean Heritage Landscapes”, explora las maneras en que conceptos andinos del tiempo y del espacio pueden aplicarse a modelos alternativos de gestión de patrimonio arqueológico más respetuosos de cosmovisiones locales.

Desde 2020 forma parte del proyecto de investigación multidisciplinar “HabitPAT”, proyecto colaborativo que examina cómo operan las lógicas de gobernanza en los procesos de patrimonialización, desde los contextos cotidianos del habitar. Además, trabaja en una nueva línea de investigación que trata de acercar antropología y literatura. En este contexto, está publicando libros que comunican contenidos antropológicos en formatos accesibles para públicos no especializados, como la literatura de viaje o el ensayo vivencial.

¿Cuándo y cómo te diste cuenta de tu vocación investigadora?

Siempre he ido poco a poco en la vida. La vocación fue relativamente tardía. Entre la carrera y el máster pasaron unos cuantos años, y lo mismo entre el máster y el doctorado. He tenido otras inquietudes, aparte de la académica. Cuando entré al doctorado lo hice con la convicción de que era el momento adecuado para una carrera investigadora a largo plazo. No me equivoqué.  

Eres un antropólogo profesional especializado en temas de patrimonio cultural, desarrollo turístico y conservación. ¿Por qué optaste por esta especialización?

El tema del turismo, su potencial para transformar las condiciones de los lugares donde opera, siempre me había llamado la atención. Había estudiado historia del arte durante la carrera y el máster. Cuando empecé a plantearme la especialización doctoral en cuestiones de patrimonio cultural se me hizo muy aparente la relación natural entre turismo, arte y patrimonio. La perspectiva antropológica del doctorado me enfocó específicamente hacia problemáticas relacionadas con la conservación.

Tu trabajo es resultado de una actividad investigadora de largo recorrido en América Latina. ¿En qué consistió?

Hice mi máster en historia del arte prehispánico. Mi tesis era un estudio iconográfico de uno de los símbolos más importantes de las civilizaciones andinas. Por primera vez pude ir a Perú a hacer trabajo de campo, por un corto período de tiempo. Con el doctorado la investigación se reorientó hacia los cambios producidos por el turismo cultural en las comunidades andinas contemporáneas y en su relación con el patrimonio cultural.

¿En qué investigaciones estás inmerso ahora?

Soy investigador postdoctoral Marie Curie. Mi proyecto lleva algunos temas centrales de mi tesis doctoral, particularmente la crítica a modelos dominantes de conservación y manejo de sitios arqueológicos en los Andes peruanos, a un siguiente nivel de exploración. Mi enfoque actual es más propositivo, en cuanto que trato de formular modelos alternativos de gestión desde comprensiones locales del tiempo y usos tradicionales del espacio.

¿Cómo y por qué empiezas a desarrollar su labor en el INCIPIT?

En 2020 gané la beca Marie Curie de la Unión Europea, en su modalidad de Global Fellowship, lo que implicaba pasar un primer año en Australia y el segundo en el Incipit, en calidad de Host Institution. El instituto reunía todas las cualidades para conseguir el objetivo de formación profesional que está detrás de la Marie Curie. El comienzo del postdoc tuvo que retrasarse hasta mayo de 2022 por la pandemia.

¿Qué referencias tenías de este instituto antes de empezar a trabajar en él?

Nada más acabar el doctorado en 2015 escribí a Cristina Sánchez-Carretero, su vicedirectora, para proponerle una charla. Ella y Felipe Criado, el director, aceptaron de buen grado y ese fue mi primer contacto con el instituto. Desde entonces tuve claro que era un lugar ideal para mis intereses profesionales.

¿En qué proyectos (tanto de investigación como divulgativos) estás inmerso?

Además de la investigación postdoctoral, soy parte de “HabitPAT”, un proyecto colaborativo interdisciplinar con otros colegas del INCIPIT y de otras instituciones académicas. Esta investigación examina, a través de un enfoque comparativo entre distintos estudios de caso, otras formas de cuidar y habitar el patrimonio más allá de los moldes al uso. Me ocupo del caso del Qhapac Ñan, o red andina de caminos, y lo comparo con el Camino de Santiago en tanto que itinerarios culturales reconocidos por UNESCO. Además, últimamente he publicado un par de libros a medio camino entre la antropología, el ensayo y la literatura de viaje pensados para un público no-especialista. Es una vía que quiero seguir profundizando.

¿Qué es lo más enriquecedor y lo más complejo de desarrollar tu labor en el INCIPIT?

Me gusta su cultura de trabajo, sus altos estándares profesionales, y al mismo tiempo el ambiente de compañerismo en el día a día, todo ello alimentado desde arriba por la dirección. La complejidad puede venir de la expectativa de gran autonomía e iniciativa personal en el trabajo, aunque yo lo veo más como un estímulo.

¿Qué perspectivas futuras tienes?

El horizonte pasa por la consolidación profesional. Esta no es fácil y depende ahora mismo de conseguir una beca como la Ramón y Cajal o una ERC para poder quedarse en un sitio como el Incipit. Si no puede ser, entonces habrá que buscarse la vida por otra parte.

¿Quiénes son tus referentes en tu ámbito de investigación y cuál sería el hito, dentro de tus líneas de investigación, que te gustaría alcanzar?

Miro mucho la literatura latinoamericana en temas de turismo, patrimonialización y pueblos indígenas, así como lo que tenga que ver con ontologías no-occidentales en general. En cuanto a hitos a alcanzar, en realidad nunca he tenido grandes ambiciones. Me basta con poder sacarle gusto a lo que hago y sentir que estoy trabajando en lo que debo. Ahora quiero llevar los temas de conservación, turismo y patrimonialización lo más lejos posible en cuanto a su potencial y trascendencia profesional.