Iñigo Sánchez Fuarros es doctor en Antropología por la Universidad de Barcelona (2008) con una tesis realizada en la Institució Milá i Fontanals (IMF-CSIC).

Desarrolló su carrera posdoctoral entre la Universidade Nova de Lisboa, la Queen’s University Belfast y el Instituto de Ciencias del Patrimonio (INCIPIT-CSIC), donde se incorporó como investigador Ramón y Cajal en 2020. Su investigación explora la música y el sonido como fenómenos socioculturales desde los que analizar, en distintos contextos y con diferentes metodologías, procesos de cambio en las sociedades contemporáneas.

Es autor de Cubaneando en Barcelona: Música, migración y experiencia urbana (CSIC, 2012) y coeditor de los volúmenes Ambiance, Tourism and the City (Routledge, 2023) y Postcolonial Aeromobilities (Routledge, 2025).

Actualmente preside la Asociación Galega de Antropoloxía (AGANTRO) y coordina XEITO, el Laboratorio de Creación Etnográfica del INCIPIT.

¿Cuándo y por qué decidiste dedicarte a la ciencia?

Mi interés por la investigación surgió de una forma bastante natural durante el último año de carrera como estudiante Erasmus en la Royal Holloway (Universidad de Londres). Durante ese periodo, tuve que realizar varios ensayos para distintas asignaturas y un trabajo fin de carrera que me introdujeron en el proceso de investigación: formular preguntas de investigación, plantear hipótesis, contrastar fuentes, consultar bibliografía y pensar críticamente. Nada que ver con mi experiencia en la universidad española, donde se trataba de memorizar apuntes y repetirlos el día del examen. Un amigo me habló entonces de las becas FPU y la solicité al acabar la carrera. Al obtenerla, dejé mi trabajo en una tienda de discos en Londres y regresé a España para comenzar el doctorado en la Institució Milá i Fontanals del CSIC, en Barcelona. Y hasta ahora. 

¿Cuál ha sido, hasta la fecha, el momento más grato/dulce de tu carrera científica y cuál el más ingrato/complicado?

Mi trayectoria científica está jalonada de momentos gratos: desde la defensa de la tesis hasta la reciente toma de posesión como científico titular del CSIC. Cada meta alcanzada —ya sean contratos, proyectos o publicaciones— es motivo de celebración, como lo son también los éxitos de las compañeras y compañeros que han acompañado mi desarrollo como investigador. Entre todos ellos destacaría sin duda la obtención del contrato Ramón y Cajal, que me permitió incorporarme al INCIPIT en 2020 y vislumbrar —¡por fin!— un horizonte de estabilidad profesional.

Quizás el momento más difícil fue el año posterior a la defensa de tesis, postulando sin demasiada fortuna a todas las convocatorias de becas posdoctorales disponibles en aquel momento. Sin embargo, cuando estaba a punto de tirar la toalla, la obtención de una beca posdoctoral de la Fundaçao para a Ciência e a Tecnologia de Portugal me permitió retomar la senda investigadora y desarrollar una línea de investigación propia.

¿Quién o quiénes son tus referentes científicos?

A lo largo de mi carrera he tenido la fortuna de formarme y estar rodeado de personas cuyo trabajo ha sido una fuente constante de inspiración. Pienso, por ejemplo, en mi director de tesis, el antropólogo y etnomusicólogo Josep Martí o en la etnomusicóloga Salwa El-Shawan Castelo-Branco, quien me brindó la oportunidad de iniciar mi carrera posdoctoral en el Instituto de Etnomusicología de la Universidade Nova de Lisboa. También destacaría a Fernando Salmón, historiador de la medicina, pero sobre todo amigo y mentor, que ha sido un apoyo constante a lo largo de mi trayectoria. La lista, sin embargo, sería extensa. Hoy encuentro una inspiración continua en el ambiente dinámico y colaborativo del INCIPIT, donde el intercambio intelectual y humano con mis colegas me motiva a evolucionar constantemente como investigador.

¿Cómo explicarías al público general tu línea de investigación?

Como antropólogo especializado en el estudio de la dimensión sonora de la experiencia vivida, mi investigación explora cómo la música, entendida como fenómeno sociocultural, nos permite comprender las transformaciones en la sociedad contemporánea. Me interesa analizar las formas en que las personas experimentamos y construimos significado a través de nuestras prácticas de escucha y los sentidos que atribuimos a lo sonoro.

A lo largo de mi carrera he desarrollado tres líneas principales de trabajo. Durante mi tesis doctoral estudié cómo las comunidades de origen inmigrante utilizan la música para mantener sus vínculos culturales y crear nuevas identidades en sus países de acogida. De forma paralela, me interesé por el estudio de los paisajes sonoros urbanos y sus transformaciones en el contexto de los cambios sociales que experimentan las ciudades. Posteriormente, durante mi etapa posdoctoral, investigué cómo los procesos de revitalización urbana impactan en la dimensión sonora de los lugares, tomando como caso de estudio un barrio histórico de Lisboa.

Resultado de ese último trabajo es el proyecto de investigación “Sounds of Tourism”, que examina las transformaciones que el turismo masivo genera en los paisajes sonoros urbanos, un fenómeno que hemos denominado “turistificación sonora”. El proyecto analiza cómo los sonidos asociados al turismo impactan en la vida cotidiana de los residentes y explora el papel de la música en la construcción de experiencias turísticas. Metodológicamente, combino la etnografía tradicional con técnicas más creativas que incorporan fotografía, grabaciones de campo y documentación audiovisual.

En estos momentos, ¿en qué investigaciones estás inmerso?

Actualmente dirijo dos proyectos en su fase final de ejecución. El primero es PALCOS, financiado por la Axencia Galega de Innovación (GAIN), que examina la cultura material de las fiestas parroquiales gallegas y la transformación de sus espacios festivos tradicionales. El proyecto refleja la filosofía del INCIPIT al abordar su objeto de estudio desde una perspectiva interdisciplinar que integra antropología, arqueología contemporánea e investigación artística para analizar los elementos materiales que configuran el espacio festivo y hacen posible la fiesta.

El segundo proyecto, HabitPAT, codirigido con mi colega Cristina Sánchez-Carretero y financiado por el Plan Estatal, analiza modelos innovadores de gestión del patrimonio cultural inmaterial desde las perspectivas del habitar y los cuidados. La investigación explora cómo las comunidades participan activamente en la construcción y preservación de su patrimonio, examinando las relaciones dinámicas que se establecen entre las personas y los bienes culturales que habitan

¿Qué consejo darías a alguien que quiere dedicarse a la ciencia?

En el contexto actual, marcado por la incertidumbre laboral, la precariedad y la escasez de recursos —factores que intensifican la competitividad—, el consejo de “perseverar” que recibí al terminar mi tesis allá por 2008 adquiere un significado particular. Pedir perseverancia a quienes inician este camino hoy implica, en realidad, exigirles un acto de resistencia frente a un sistema que hace cada vez más difícil la consolidación de una carrera científica. Por eso considero fundamental cultivar otra cualidad esencial para la investigación: la curiosidad intelectual, ese motor que nos impulsa a seguir planteando preguntas y buscando respuestas a pesar de las dificultades.

¿Qué supone para ti tomar posesión como científico titular?

La plaza de científico titular representa dos logros fundamentales: el reconocimiento a mi trayectoria investigadora y la tan esperada estabilidad profesional. Esta posición me permitirá desarrollar proyectos de investigación con una perspectiva temporal más amplia, superando la incertidumbre constante de los ciclos de becas y contratos a corto plazo. En el plano personal, significa poder establecer un proyecto vital a largo plazo y arraigarme en un lugar, lo que aporta una tranquilidad invaluable.

¿Cuáles son tus objetivos científicos a corto-medio y largo plazo?

Mi objetivo prioritario a corto y medio plazo es fortalecer la presencia de la antropología tanto en el INCIPIT como en el contexto gallego, donde la disciplina aún no ha alcanzado el reconocimiento institucional que merece. Para ello, me propongo impulsar nuevos proyectos de investigación e intentar atraer talento investigador en los niveles predoctoral y posdoctoral.

En paralelo, busco dedicar tiempo a la elaboración de una monografía que sintetice una década de trabajo etnográfico en el barrio lisboeta de Mouraria. Además, me gustaría  consolidar XEITO, el Laboratorio de Creación Etnográfica del INCIPIT, una infraestructura que concebimos como espacio de diálogo-acción entre investigación y creación artística.

A largo plazo me gustaría desarrollar una línea de investigación que explore las huellas sonoras y patrimoniales del cambio climático y la crisis ecosocial y nos ayude a comprender cómo los legados sonoros y materiales del Antropoceno transforman nuestra comprensión del patrimonio.

Un libro

“Las personas del verbo”, de Gil de Biedma, o “Too much happinness”, de Alice Munro. Son libros a los que regreso cada cierto tiempo. Entre las últimas lecturas me han gustado mucho “Huaco retrato”, de Gabriela Wiener, y “Ninguén queda”, de Brais Lamela.

Una película o serie de televisión

La verdad es que soy bastante poco cinéfilo. Entre las series de televisión destacaría cualquiera de las escritas o producidas por David Simon (“The Wire”, “Treme” o “The Deuce”) por la sensibilidad etnográfica con la que retrata la ciudad contemporánea. También disfruté mucho con “After Life” de Ricky Gervais y “The White Lotus” de Mike White.

Una canción

Mis gustos musicales son muy eclécticos y me resulta muy difícil decantarme por una sola canción. En mi lista de reproducción actual hay discos de Meshell Ndegeocello, C. Tangana,   The Smile, Fred again, Miles Davis, Sem Senra, Billie Holliday, Nina Kraviz, Caetano Veloso o Rosalía, entre otros.

Un hobby

Cocinar, la fotografía, la escalada o hacer “chapuzas” en casa son algunas de las actividades que ahora mismo ocupan la mayor parte de mi tiempo libre.

Una o varias ciudades

Aunque he vivido en numerosas ciudades —Santander, Barcelona, Londres, La Habana, Lisboa, Belfast y Austin— y cada una ha dejado su huella en mi trayectoria personal, no siento una particular mitificación por ninguna de ellas. Para mí, la ciudad más significativa es siempre aquella en la que resido en el presente, donde construyo mi día a día. Actualmente, ese lugar especial está en un rincón apartado de la parroquia de Cacheiras, muy cerquita de Santiago de Compostela, donde pretendo echar raíces alejado del bullicio urbano.