Galicia es el segundo productor mundial de mejillón en cultivo después de China, con una producción superior a 250.000Tn anuales. La captación de semilla para su posterior engorde en bateas es clave para la sostenibilidad de esta industria, dado que para mantener el ciclo de cultivo se precisan anualmente unas 7.000 Toneladas de semilla de mejillón de una talla entre los 15 y los 25 milímetros. Las estimaciones en número de esta cantidad de semilla significan que se necesitan unos 4.700 millones de individuos  para mantener el cultivo, que en la actualidad se obtienen tanto de los sistemas intermareales, como de las cuerdas colectoras de captación. Si se pretendiera, como a veces se propone, obtener este volumen de semilla de criaderos en sistemas cerrados el coste y la cantidad de instalaciones en tierra harían el cultivo de mejillón poco competitivo, aun suponiendo que fuese posible realizarlo tecnológicamente. Los cultivos de chorito chileno, competidor del mejillón gallego, presentan precisamente en la captación de semilla uno de sus principales factores de variabilidad para su optimización.

La necesidad de semilla, y de semilla de buena calidad,  ha motivado el desarrollo de un amplio programa de investigación a lo largo de dos décadas entre el CSIC y el grupo PROINSA para la evaluación e implantación de sistemas de captación de semilla en cuerdas colectoras en la ría de Ares-Betanzos. Este programa también se dirigió al estudio de los patrones de asentamiento larvario,  con el objetivo de mejorar las estrategias de captación y cultivo. Las investigaciones desarrolladas fueron financiadas hasta el año 2011 con la colaboración de los planes de I+D de la Consellería de Industria de la Xunta, y desde el 2011 abordados en exclusiva por los contratos de investigación CSIC-PROINSA. El trabajo ha sido desarrollado por el Laboratorio de  Ecología y Cultivo de Mejillón y el de Geoquímica Marina del IIM-CSIC, con la colaboración del Laboratorio Proinsa.

El ciclo vital de los mejillones se divide en dos fases: una primera fase larvaria, que puede durar varias semanas, donde nadan hasta que encuentran un sustrato adecuado para fijarse, y una fase sésil. El asentamiento larvario es el proceso que conecta ambas etapas y está determinado por la producción de larvas (ciclo reproductivo) y su posterior supervivencia, desarrollo y crecimiento. Conocer los factores ambientales que favorecen estos procesos es clave para entender y predecir los patrones de asentamiento larvario.

La variabilidad temporal del asentamiento larvario está regulada por el  ciclo reproductivo del mejillón. La mayoría de estudios realizados se han dirigido a conocer el efecto de las condiciones hidrodinámicas en el transporte larvario y, por tanto, en determinar en las zonas con mayor nivel de captación de semilla.  Los estudios que analizan los factores ambientales que determinan el inicio y duración del periodo de asentamiento han sido hasta el momento parciales.

En el caso de las rías gallegas se ha establecido que el periodo de asentamiento abarca de mediados de primavera a principios de otoño. Sin embargo los datos obtenidos en nuestro trabajo tras cinco años (2009-2010, 2012-2014) de monitorización semanal del asentamiento larvario en la ría de Ares-Betanzos, muestran dos patrones temporales distintos: años en los que el ciclo de asentamiento se extiende de mediados de abril a octubre (2009, 2012, 2014) y otros en los que el inicio de este periodo se retrasa hasta junio (2010, 2013).

El objetivo general del trabajo recientemente publicado ha sido determinar qué condiciones ambientales y meteorológicas determinan el inicio y fin del periodo de asentamiento larvario y su intensidad, es decir la cantidad de semilla fijada, con el fin de desarrollar modelos de predicción de los episodios de asentamiento.

Entre ellos, y por primera vez se analizó la relación entre la radiación solar sobre el ciclo de asentamiento larvario de los mejillones. La selección de la radiación solar como indicadora y reguladora de estos procesos se abordó con la hipótesis de su efecto de retardo sobre la temperatura del agua de mar y sobre la disponibilidad de nutrientes, factores clave en el desarrollo y crecimiento de las larvas, así como lo establecido en estudios recientes que apuntaban su efecto en los procesos reproductivos de los corales. En base a resultados previos del grupo de investigación y al  conocimiento de la ecología de las rías se utilizaron las variables viento y caudal de los ríos para abordar el desarrollo de los modelos de predicción establecidos en este trabajo

Los resultados de este estudio muestran un efecto claro de la radiación solar sobre el inicio del periodo de asentamiento: así el momento en que el nivel de radiación solar empieza a superar un umbral de 11MegaJoules/m2día determina el inicio del periodo de asentamiento. El  aumento en los niveles de radiación solar  en febrero induce un desove temprano y,   por tanto el inicio del periodo de asentamiento larvario del mejillón se produciría al mes de abril, mientras que si la radiación solar al final del invierno es baja el inicio del periodo de asentamiento puede retrasarse hasta junio. Esta influencia de la radiación solar permite predecir el inicio y fin del periodo de captación de semilla con un mes de antelación.

Por otra parte, también se ha demostrado en este trabajo que es posible predecir la intensidad del asentamiento larvario, es decir la cantidad de semilla fijada, en una época determinada a partir del comportamiento de la radiación solar y aporte de los ríos durante el mes comprendido entre los 15 y 45 días previos a la época que se desea predecir.

Este trabajo, además de establecer la radiación solar como un forzador climatológico  en la producción, desarrollo y fijación de larvas de mejillón, proporciona una herramienta de gran utilidad para mejorar estrategias de captación de semilla en las rías. Finalmente cabe destacar que el uso de ajustes no paramétricos en el desarrollo de los modelos, que concuerda con la información proporcionada por los datos observados, permiten identificar los cambios que se producen en las relaciones entre factores ambientales y asentamiento larvario, lo que permite establecer que  el modelo desarrollado en este trabajo se podrá utilizar para estudios de asentamiento larvario y captación de semillas de mejillón en otras regiones.