Los científicos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en el Instituto de Investigaciones Marinas (IIM) Ángel Guerra Sierra y Ángel F. González González son los coautores, junto con Martina Roeleved (National Museum of Natural History of Cape Town, South-Africa) y Patrizia Jereb (Istituto Superiore per la Protezione e la Ricerca Ambientale, Roma), del bloque dedicado a los cefalópodos en la guía promovida por la FAO “The Living Marine Resources of the Eastern Central Atlantic” (Los recursos marinos del Atlántico este central).

Esta publicación se enmarca en la colección FAO FISH FINDER, iniciativa que se inició en 1981 y que tiene como objetivo la edición de guías bianuales, a modo de catálogo, sobre las principales pesquerías de los océanos.

El fin es proporcionar una herramienta científica y aplicada para identificar, a nivel taxonómico, aquellos organismos marinos que puedan ser capturados por la pesca marina en la región. Incluye tanto información de especies de actual interés para las compañías de pesca como aquellas con un interés potencial que en la actualidad no son comercialmente importantes.

La obra que acaba de editarse y en la que colabora el CSIC se inicia con un capítulo general acerca del Atlántico centro-oriental (oceanografía, geología, ecología y pesquerías), continúa con un bloque dedicado a los crustáceos (cangrejos, langostas, gambas, camarones…), otro a los moluscos poliplacóforo (los quitones son moluscos que viven como las lapas pegados a las rocas, pero a diferencia de éstas tienen un caparazón formado por muchas placas), y otro a los cefalópodos (sepia, calamar, potas, pulpo…).

Cada especie consta de su correspondiente ficha con información acerca de su denominación popular en varios idiomas, nombres que se dan en la FAO cuando aquellos no existen, denominación científica, sinonimias más frecuentes, características más importantes, tamaño, distribución, hábitat, biología y pesquerías. Además, cada especie está ilustrada y lleva un mapa con su distribución en el área.

 El capítulo sobre los cefalópodos

 El CSIC, que lleva en Galicia a través del grupo de investigación ECOBIOMAR más de 25 años dedicado al estudio de los cefalópodos, colabora en la obra con el capítulo sobre esta especie, donde presentan los resultados de más de seis años de estudio acerca de la bibliografía existente sobre los cefalópodos del Atlántico centro-oriental y de las especies capturadas en dicha área.

“El capítulo consta de 269 páginas y 151 fichas acerca de 36 familias y 140 especies de cefalópodos que presentan, en tono divulgativo, la información básica acerca de los principales cefalópodos del Atlántico centro-oriental, que abarca desde las costas de África desde el estrecho de Gibraltar hasta el centro de Namibia. Comienza con consideraciones biológicas y ecológicas generales sobre la especie, y tiene un útil e ilustrado glosario de términos técnicos, que pone la información al alcance de los no expertos en esta clase de moluscos marinos”, explican Ángel Guerra Sierra y Ángel F. González González.  

La FAO ya había publicado tres volúmenes sobre los cefalópodos mundiales (2005, 2010 y 2014), pero ahora es la primera vez que se realiza un estudio específico de los cefalópodos de las aguas africanas comprendidas entre el estrecho de Gibraltar  hasta el centro de Namibia y hacia alta mar hasta 30º de longitud oeste.

“Estas costas del oeste de África son una de las más productivas del mundo, debido a la existencia de importantes afloramientos marinos. Se estima que las capturas anuales de cefalópodos en esta área son de unas 200.000 toneladas. Algunas especies, como el pulpo o la sepia, están ya bastante explotadas. Sin embargo, hay varias subexplotadas. Así por ejemplo, como se evidencia en esta guía, la pota saltadora o el calamar diamante pueden tener un potencial interés para las pesquerías”, señalan Guerra y González.

“Entre la información que se incluye en el capítulo destaca, por ejemplo, la constatación de que el área del Atlántico centro-oriental presenta una gran variedad de hábitats, que han sido colonizados por los cefalópodos: desde zonas litorales arenosas hasta el océano abierto. Otra información relevante, de la cual se pueden beneficiar los países en fase de desarrollo y con escasa tradición pesquera, hace referencia a las técnicas de pesca más adecuadas para cada especie y la calidad de su carne”, destacan Guerra y González (CSIC).

“El objetivo, en síntesis, es actualizar datos científicos de estudios previos -se incrementan un 32.1% las especies citadas en la zona y un 13,6%  los límites de distribución geográfica-, proporcionar criterios apropiados para una correcta identificación de las especies que se explotan y comercializan, lo cual es imprescindible para realizar la gestión de los recursos, y aumentar el conocimiento que se tiene sobre la diversidad biológica de un área y los efectos que sobre ella tienen los factores oceanográficos y la explotación redunda en la salud de los ecosistemas”, concluyen Guerra y González.

 El Grupo ECOBIOMAR

 El grupo de investigación Ecología y Biodiversidad Marina (ECOBIOMAR), fundado en 1989 por Ángel Guerra Sierra, está adscrito en el Departamento de Ecología y Recursos Marinos del Instituto de Investigaciones Marinas (CSIC), el cual desarrolla la línea de investigación enfoque de ecosistemas a la gestión de recursos marinos vivos.

Sus líneas de actuación abarcan la gestión de los recursos marinos vivos, la conservación y el uso sostenible de la biodiversidad marina, y la ecoparasitología de organismos marinos.

Entre los resultados que ha alcanzado figura  el descubrimiento de nuevas especies de cefalópodos; el cálculo de la edad del pulpo común, el choco, el calamar y la pota; la determinación de la dieta alimenticia de las larvas del pulpo en la naturaleza; la identificación y caracterización de áreas de puesta y alevinaje de especies de cefalópodos de interés comercial en el Parque Nacional de las Islas Atlánticas de Galicia; la consideración de los parásitos de especies marinas en las redes alimentarias de los ecosistemas y su importancia ecológica y para la salud humana, y las relaciones entre la oceanografía y la abundancia, distribución y dinámica poblacional de los recursos de cefalópodos en varias áreas del mundo, especialmente en Galicia.