El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), a través del Instituto de Investigaciones Marinas (Vigo) y el Institut de Ciéncias del Mar (Barcelona), colabora en “Directrices para el cuidado y bienestar de cefalópodos en investigación. Un consenso basado en una iniciativa de CephRes, FELASA y Body Group”, donde se ofrecen pautas a seguir en los laboratorios para hacer frente a la Directiva 2010/63/EU acerca de la protección de animales utilizados para fines de experimentación u otros fines científicos.
Está disponible en la página web de Federation of European Laboratory Animal Science Association (FELASA). Se dirige, fundamentalmente, a los investigadores, veterinarios, comités de ética para la evaluación de los procedimientos y cuidado animal, gerentes de instalaciones científicas y personal técnico implicado en el mantenimiento de las mismas.
En su elaboración han participado científicos de organismos públicos de investigación y universidades de Italia, Estados Unidos, Francia, Alemania, Reino Unido, Israel y España. El CSIC es la única institución por España y lo hace a través del Grupo de Patobiología Molecular Acuática del IIM y del Departamento de Recursos Marinos Renovables del ICM.
Se enmarca en la acción COST “A network for improvement of cephalopod welfare and husbandry in research, aquaculture and fisheries” (Una red para mejorar el bienestar y el cultivo de los cefalópodos en investigación, acuicultura y pesca), en la que participan más de 180 investigadores de 16 países de la Unión Europea y en la que el Grupo de Patobiología Molecular Acuática del IIM lidera el grupo de trabajo “Estrés y enfermedades”.
“Nuestro cometido es reunir, revisar y distribuir los conocimientos existentes en el bienestar de los cefalópodos, con el fin último de refinar y mejorar los procedimientos disponibles, llenando los vacíos de conocimiento y ayudando en el desarrollo de directrices «especie-específicos» más detalladas y extensas. También se busca establecer una red interdisciplinaria de profesionales para la investigación sobre el bienestar de cefalópodos de acuerdo a la ley, y ofrecer formación especializada para jóvenes investigadores”, explica Camino Gestal, científica del CSIC en el citado grupo de investigación.
La publicación: objetivo, estructura y principales recomendaciones
“Esta publicación pretende dar respuesta a los requisitos de la Directiva 2010/63/EU, normativa que ha supuesto un importante avance en materia de bienestar animal, estableciendo como principio general el de las 3Rs: reemplazar o emplear en lo posible métodos alternativos al uso de estos animales en cautividad, reducir o minimizar el número de ejemplares que se necesiten para realizar la investigación y refinar los procedimientos que se vayan a utilizar disminuyendo el dolor provocado. Por primera vez incluye entre los animales objeto de regulación a un invertebrado, la clase cefalópoda al completo con sus más de 700 especies entre las que figura el pulpo o el calamar” explica Gestal.
Desde enero de 2013, la Directiva se ha incorporado al ordenamiento jurídico español mediante el Real Decreto 53/2013. Por tanto, los procedimientos de los proyectos científicos desarrollados en España que impliquen el uso de cefalópodos deben cumplirla.
“Hay, no obstante y sobre todo para el caso de los cefalópodos, una gran falta de conocimiento en determinadas cuestiones, y en muchos aspectos no hay una uniformidad o consenso claro. Por este motivo, la comunidad científica que trabajamos en cefalópodos nos hemos agrupado, mediante una Acción Europea COST, para intentar clarificar estas cuestiones”, destacan Camino Gestal (IIM-CSIC) y Roger Villanueva (ICM-CSIC).
“Cuando se realiza una investigación en cefalópodos, además de utilizar la regla de las 3Rs y de disponer de personal formado con la titulación necesaria en cuidado y experimentación animal, hay que tener en cuenta y llevar a la práctica otras recomendaciones que abarcan desde aspectos relaciones con los métodos de captura en el mar y el transporte al laboratorio de ejemplares, hasta aclimatación y mantenimiento de los tanques en laboratorio, o la alimentación de la especie en cautividad”, explica Gestal.
“Así, tal y como se indica en las directrices, los cefalópodos que se van a emplear en investigación deben ser capturados en su medio natural por personal autorizado. El transporte debe realizarse empleando métodos con los que no se les cause sufrimiento ni estrés en contenedores con agua de mar bien oxigenada y en la que se mantenga constante la temperatura. A su llegada al acuario, deben pasar un periodo de cuarentena para confirmar que no presentan ninguna infección, proporcionándoles una aclimatación a las nuevas condiciones. Durante el mantenimiento de los ejemplares en el acuario hay que monitorizar con frecuencia distintos parámetros en el agua (cantidad de oxígeno, pH…) y evitar los ruidos”, concreta Gestal.
La guía también abarca cuestiones relacionadas con los métodos de anestesia que deben ser utilizados según la severidad de los procedimientos, así como los indicadores a tener en cuenta para conocer la salud y el bienestar de los cefalópodos mantenidos en instalaciones de acuarios y sus enfermedades, prestando especial atención a las causas, la prevención y los tratamientos. En este sentido, en la Accion COST se está trabajando sobre la identificación de biomarcadores de bienestar y salud de cefalópodos mantenidos en acuarios.
El Grupo de Patobiología Molecular Acuática y sus investigaciones sobre cefalópodos
El Grupo de Patobiología Molecular Acuática del IIM se fundó en 2010 y su objetivo es aplicar metodologías moleculares y celulares a estudios básicos de desarrollo temprano y enfermedades de peces y moluscos, y emplear la ciencia básica para mejorar el rendimiento y la sostenibilidad de la acuicultura marina.
En la actualidad desarrolla “Bienestar y salud en las primeras fases de vida del pulpo común (Octopus Vulgaris). Efecto de la nutrición y factores ambientales, biomarcadores y regulación epigenética”, un subproyecto multidisciplinar liderado por Camino Gestal que forma parte de un proyecto financiado por el MINECO y coordinado por Eduardo Almansa (IEO) con la participación, además, de las universidades de Granada, La Laguna y Vigo.
El objetivo es frenar la elevada mortalidad de las paralarvas de pulpo mediante la utilización de herramientas de fisiología y moleculares que permitan un nuevo abordaje del problema de las limitaciones actuales en la producción de esta especie.
“La clave para la producción sostenible del pulpo común se basa en la cría de los estadíos iniciales del ciclo de vida, las paralarvas, etapa en la que se registra una muy alta mortalidad en cultivo. Entre las causas de esa mortalidad están problemas nutricionales, pero la capacidad de desarrollo y supervivencia y por tanto su bienestar y salud probablemente dependen en parte de su estado fisiológico y en parte de factores genéticos y ambientales, y específicamente de la expresión de genes implicados en respuesta inmune, importantes para resistir infecciones y condiciones de estrés durante el desarrollo”, explica Camino Gestal.
“En ese sentido, pretendemos proporcionar, a través de esta investigación, información básica sobre el desarrollo temprano y la inmuno competencia en paralarvas de pulpo común mediante la generación de una biblioteca de genes y el estudio de su patrón de expresión frente a distintos ambientes o condiciones de cultivo. El objetivo es explorar las mejores condiciones de bienestar y salud en esta etapa inicial de desarrollo y estudiar cómo los factores externos pueden influir en el bienestar, crecimiento y supervivencia de la especie”, avanza Camino Gestal.
Más información:
http://www.felasa.eu/recommendations/guidelines/guidelines-for-the-care-and-welfare-of- cephalopod
