El biobanco del Consejo Superior de Investigaciones Científicas puesto en macha por el Instituto de Investigaciones Marinas en 2013, y que supuso que Vigo albergue el primer biobanco de ADN de muestras y moléculas marinas de parásitos de especies comerciales de pesca extractiva a nivel mundial, ha alcanzado los 250.000 ejemplares y presta servicio a más de 50 centros de investigación de referencia a nivel mundial, tales como la Universidad de Roma, la Universidad de Copenhague o el Hospital La Paz de Madrid.

La creación de biobancos implementados con sistemas de gestión y software avanzados permite incrementar el impacto de los proyectos–programas de investigación, a través de la capitalización de estas muestras en el ámbito investigador, y su traducción en bienes y servicios para las actividades económico- industriales asociadas.

“Este biobanco constituye un claro ejemplo de la innovación abierta al trasladar el sistema de gestión, por primera vez, del ámbito clínico al no hospitalario. Sus muestras y moléculas reúnen, además, un claro interés biotecnológico con fines de diagnóstico, terapéuticos y de investigación”, explica Ángel F. González, investigador científico del CSIC, jefe del GRUPO ECOBIOMAR y vicedirector del IIM.

“Su filosofía se basa en el control del proceso de cesión-donación de muestras y en la definición de una infraestructura que le confiera calidad, orden, destino y trazabilidad a las mismas, necesaria durante su preparación, almacenaje, conservación y transporte. Es, por tanto, una plataforma de apoyo a la investigación traslacional y multidisciplinar y contribuye a incrementar el impacto de los proyectos y programas de investigación a través de la capitalización de las muestras en el ámbito investigador y de su traducción en bienes y servicios para actividades económico-industriales asociadas. Entre sus ventajas figura el ahorro de costes y que evita realizar reiteradamente muestreos”, añade.

En 2015 el citado biobanco se vio complementado con la puesta en marcha de un segundo banco de ADN también en IIM para albergar parásitos y biomoléculas de especies de interés en acuicultura.

Ambos han sido iniciativa del Grupo ECOBIOMAR y se han puesto en marcha en el marco de proyectos de investigación europeos PARASITE y PARAFISH CONTROL. Su financiación, por tanto, ha procedido de fondos europeos del VII Programa Marco y H2020.

La infraestructura está gestionada por la Unidad Técnica de Biobanco del IIM, puesta en marcha en 2013 y certificada con la norma de calidad ISO 9001 desde 2016. Desde la citada unidad se almacenan, procesan y gestionan las muestras y los datos asociados obtenidos y se realizan los trámites para los procesos de intercambio y donación/cesión de muestras.

“Nuestro objetivo, tras estos cuatro años de experiencia, es continuar avanzando y apostando por la puesta en marcha de biobancos de muestras marinas. De hecho, entre las prioridades de la política comunitaria marina y marítima figura la incorporación de nuevas infraestructuras, mecanismos de apoyo y estructuras de gestión para resolver los nuevos retos de la investigación en ciencias del mar”, destaca Santiago Pascual, científico titular del CSIC y miembro del Grupo ECOBIOMAR.

A corto plazo los investigadores del CSIC aseguran que “pretendemos completar la oferta de muestras procedentes de diferentes componentes del sistema marino, ampliando tanto en número de especies marinas incluidas en las bases de datos como trabajando en su identificación genética” y a medio y largo plazo “a través de solicitudes de ayuda de fondos europeos, preparar nuevas propuestas que optimicen esta infraestructura y permitan continuar con estos estudios, que tienen una importancia capital en retos sociales a nivel europeo como la eficiencia de recursos y cambio climático, seguridad alimentaria, biotecnología medioambiental y desarrollo industrial sostenible”.

Se puso en marcha en 2013 por iniciativa del Grupo ECOBIOMAR. Constituye el primer biobanco mundial de muestras y moléculas marinas de parásitos zoonóticos, es decir, los que afectan al ser humano, de especies de interés biotecnológico con fines diagnósticos, terapéuticos y de investigación. Provienen de peces y cefalópodos comerciales de pesca extractiva.

En 2015 esta iniciativa tuvo continuidad con un segundo biobanco, que alberga también el IIM, y que en estos momentos consta de una base de datos y muestras de parásitos patógenos provenientes de 5.000 ejemplares de peces producidos en acuicultura.

A corto plazo el objetivo de la Unidad Técnica que gestiona ambos biobancos pasa por ampliar el servicio tanto en donaciones como en cesiones. A medio y largo plazo, el grupo pretende clusterizar este servicio con otros biobancos marinos y, dado que la diferenciación de especies marinas se tiene que hacer mediante técnicas moleculares, una actividad prioritaria pasa por ampliar la identificación molecular aplicando estándares de calidad como ISO 9001e ISO 23036.